Eficientemente energéticos… ¿o es al revés?

El concepto Passivhaus, del que Deceuninck es pionero y líder mundial con sus soluciones y productos, trata de conseguir que esta demanda energética se aproxime a cero.
Las actuaciones pasan por un diseño inteligente del edificio, minimizar las pérdidas energéticas mediante una envolvente apropiada -alta calidad en los cerramientos y ventanas- y en una minimización del consumo.

Es evidente, que el uso que hagamos de las ventanas se traduce en una mayor o menor eficiencia energética.
Lanzamos una serie de consejos que extraemos de “Ecología verde”, donde nos señalan que, ahora que parece que sí el frio ha llegado para quedarse, podemos actuar para hacer edificios energéticamente más eficientes. Cómo…

1. ¡Atención, ventanas!
Gestos tan sencillos como subir como bajar persianas, correr o descorrer cortinas, aprovechar la luz solar para calentar y trabajar. Bastan diez o quince minutos diarios para renovar el aire de una estancia. Unas buenas, nos servirán, tanto en verano como en invierno, para controlar y mantener la temperatura de nuestro hogar. Deceuninck es líder mundial en soluciones de ventanas y puertas a la medida de lo que se demanda en cada hogar.

2. Cuidado con las puertas
Las puertas deben aislar cuando están cerradas. La mejor solución es una puerta o ventana nuevas que tengan un buen aislamiento ya de serie para reducir la pérdida de calor y frío por las rendijas. Entre puertas y ventanas puede perderse entre el 25 y el 30 por ciento del calor y del frío.

3. Actuar sobre el aislamiento.
Un buen aislamiento es esencial para optimizar el rendimiento de los climatizadores. Idealmente, en techos, paredes y suelos. Para ello, se deben hacer obras o tener en cuenta su importancia a la hora de planear su construcción. Un aislamiento deficiente en techos, paredes y suelos puede suponer la pérdida de un 30 por ciento de la energía. Una fuga que también afecta a tu bolsillo en la misma proporción.

4. ¿Qué es el consumo vampiro o fantasma?
Esos aparatos que siguen gastando energía aún estando apagados -que no desenchufados-. En el conocido modo stand-by, consumen en torno al 10% ó 15% de lo que gastan en condiciones normales. Conviene desenchufarlos o utilizar una regleta con interruptor para hacerlo más cómodamente.

5. Etiqueta energética, su importancia.
Obliguémonos a darle la importancia que se merece, por el ahorro -más allá del precio-. Clases A y A con pluses (A+, A++ y A+++) deberían ser prioritarias al tomar una decisión. En las ventanas recordemos que tienen la posibilidad de llevar una etiqueta energética voluntaria, cuya graduación más alta es A.

6. El agua caliente
El agua caliente sube la factura de la luz. Reducir unos pocos grados el agua de la ducha, del baño y lavadora. Es cuestión de actitud. Solo hemos de ponerla en práctica, convertirla en costumbre y acabaremos automatizándola. Así de fácil, y la recompensa vale la pena.

7. La guinda del pastel: cubiertas verdes.
Una manera de aislar muy divertida, decorativa y ecológica. Lanzarse significa preparar el tejado con el necesario aislamiento, y luego la alfombra verde multiplicará ese efecto aislante. Hecho con el debido asesoramiento, sin duda, es una de las maneras más eco-amigables y emocionantes de apostar por la eficiencia energética.

¡A abrigarse…. y seamos eficientemente energéticos! (¿O es al revés?)
Fuente: Ecología Verde, E3windows y Deceuninck.