¿Entonces, apagamos o encendemos la luz?

Se tira de tópicos frente a sesudos razonamientos… Entre las opiniones a favor, la del Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE), según la cual el cambio implicaría un potencial ahorro a nivel nacional del 5%. En contra, colectivos vinculados a la órbita ecologista, así como especialistas que afirman que con el horario de verano no se obtiene ningún ahorro energético y que, sin embargo, éste trae problemas biológicos de adaptación al nuevo ciclo, especialmente para los niños.

Prácticamente al mismo tiempo, nos hemos topado estos días con la conocida como “La Hora del Planeta”. Suena apocalíptico pero se trata de una jornada de concienciación global que ya lleva celebrándose diez años. Nacida como algo espontáneo, ha pasado a implicar a más de 178 países, y se calcula que han participado casi 2.000 millones de personas en todo el mundo.

En su día, contó con las más diversas contrariedades como la apuesta de muchos países industrializados y grandes empresas por negar la existencia del cambio climático, financiando estudios. Ahora que parece que la evidencia demuestra los hechos sobre este asunto, el crecimiento de la iniciativa del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) ha sido absolutamente exponencial y el pequeño símbolo de apagar la luz ha adquirido mucho poder de cambio hasta convertirse en un movimiento global.

España se sumó formalmente en 2009, cuando apagó por vez primera edificios emblemáticos como el Palacio Real y el Congreso de los Diputados en Madrid, la Sagrada Familia y la Torre Agbar en Barcelona o el Acueducto en Segovia. En la actualidad, hay muchas entidades tanto públicas como privadas que colaboran, y que han empezado a preocuparse aplicando medidas.

Desde WWF España, se pide a las empresas que tengan una política clara de lucha contra el cambio climático, adecuando medidas de ahorro y eficiencia energética.

Son muchas las Administraciones públicas y los particulares que han decidido aportar su montaña o grano de arena, optimizando la eficiencia energética de sus edificios y viviendas, respectivamente. Se han movilizado para incidir en aspectos como la correcta adecuación de la temperatura, trabajando por entornos confortables, así como por la rehabilitación de las construcciones con la instalación, entre otros elementos, de ventanas y cerramientos eficientes con altos estándares de sostenibilidad. El mercado presenta ya desde hace años, soluciones óptimas para esto último y, si bien no se trata de convertir de la noche a la mañana nuestra casa en un modelo de estándar passivhaus, sí podemos hacer mucho por ello gracias a empresas como Deceuninck.

En paralelo con este hecho y el debate sobre la conveniencia o no de realizar el comentado cambio de hora, existe otro debate de fondo que pocas veces se aborda: la idea de recuperar para España la históricamente oficial “hora ibérica”, común con Portugal.

El cambio horario, adscrito en 1942, colaboró en la formación de unos nuevos hábitos en España, que favorecieron cierto tipo de turismo y acabaron cristalizando en eslóganes como aquel “Spain is different”. Nuestro país se ha consolidado como un país diferente a nivel de horarios con respecto al resto de Europa.

La conclusión inmediata a esta situación puede resultar obvia, tal vez los intereses de los distintos territorios no son coincidentes o conciliables. La polémica está servida aunque poco se puede hacer al respecto más allá del debate público, ya que esta controvertida medida viene fijada por una Directiva de la Unión Europea y, por tanto, no tiene vuelta de hoja a día de hoy. Hace años que se viene intentando aprobar una Ley de Conciliación que choca permanentemente con problemas de índole económica como de necesidad transformación de nuestros usos y costumbres cotidianos.

El caso es que con el horario actual nos hemos convertido estadísticamente en el país que más tarde se acuesta pero también en el país que menos horas duerme… Pero entonces, ¿encendemos o apagamos la luz? Puede no ser esa la pregunta a realizarse pero está claro que en hábitos y horarios, España es un poco menos Europea que el resto de nuestros vecinos.

Intentemos de cualquier manera aprovechar el cambio de hora recientemente realizado, para pagar menos en la tarifa energética de nuestros hogares ¿Cómo hacerlo? Eso da para otro post…

Hasta la semana que viene…

Fuentes: El periódico de la energía y Deceuninck.